domingo, 16 de diciembre de 2007

LA VIDA COLOR DE ROSA


Yo te quiero
Yo te quiero como nunca quiso nadie, compañera de mi vida
Como nunca quiso nadie, compañera de mi alma
Y te quiero porque sí
Y te quiero más que a nada.
Y te quiero porque tú me has enseñado los secretos de la vida
Porque tú me has enseñado que los cuerpos tienen alas
Porque tú me has enseñado a darlo todo sin pedir a cambio nada.
Y te quiero porque sé
Que mi vida sin tu vida y la tuya sin la mía no son nada
Porque solamente unidas tienen vida
Porque solamente unidas tienen alma
Porque solamente unidas se procrean y proyectan al mañana.
Ahora creo
Ahora creo que la vida es obra nuestra
De tus manos y mis manos
De tus besos y mis besos
De suspiros y de risas y de lágrimas
Ahora creo que se pueden hacer mundos de la nada
Ahora creo cosas mágicas.
Ahora creo
Ahora creo que los cuerpos son de arcilla
Son de arcilla elaborada con caricias y sonrisas y miradas
Son de arcilla enamorada
Ahora creo
Ahora creo que la esencia de la vida está en el barro
En el barro, en el aire y en el agua
Ahora creo que se pueden hacer mundos de la nada
Que se pueden hacer cielos con el fuego de una boca enamorada
Que tus labios al unirse con los míos crean almas
Ahora creo en tus manos y en mis manos enlazadas.
Hoy recuerdo
Hoy recuerdo aquella noche inmaculada
Una noche toda luna
Luna clara
Toda llena de perfumes de tomillos y romeros y retamas
Toda música de brisas y murmullos de cascadas
Una noche toda luz
Por el brillo de tus ojos encantada.
Y nos fuimos
Y nos fuimos a vivir nuestro destino y soñar nuestra esperanza
Y nos fuimos por la senda que atraviesa la llanura
Por la senda que conduce a las montañas
Y nos fuimos
Yo descalzo, tú descalza
Con el alma toda llena de ilusiones
Toda llena de ilusiones y de sueños y esperanzas.
Una noche
Una noche toda luna
Luna clara
Toda llena de perfumes y murmullos de cascadas
Por la senda que atraviesa la llanura
Caminabas
Por la senda que conduce a las estrellas
Me besabas
Me besabas a la luz de los luceros sonrojada
Caminabas
Caminabas silenciosa contemplando las estrellas confiada
Caminabas sin saber que aquel sendero
Conducía a nuestros cielos del mañana
Caminabas por la senda de las propias decisiones
Y la luna se admiraba.
Eran dos
Fuimos uno
Fuimos dos cuerpos en uno
Fuimos un cuerpo y un alma
Una sola
Una sola, y la luna se ocultaba
Una sola,
Una noche, una vida, una esperanza
Una sola, y los pájaros cantaban
Y los pájaros cantaban una noche en la enramada
Y los pájaros cantaban
Confundiendo tu mirada soñadora con la luz de la alborada
Y los grillos y las ranas se ocultaron al oír batir sus alas.
Eran dos
Fuimos uno
Fuimos dos cuerpos en uno arrullados por los grillos y las ranas
Y los pájaros cantaban... .
Y los pájaros cantaban... . y los pájaros cantaban... .
Era el mundo
Era el mundo el que gritaba
Era el mundo, que por todos los caminos de la tierra
Nos buscaba
Y eran todos
Eran todos los pastores de manada
Eran todos los guardianes de morales y de leyes sacrosantas
Que por todos los caminos de la tierra
Y por todos los senderos y los valles nos buscaban.
Y eran todas las gargantas
Eran todas las gargantas repitiendo sus consignas
por laderas y cañadas
Y era el aire transportando en sus ondas las palabras.
Nos llamaban
Nos llamaban con las voces de mil siglos al redil de la manada
Con palabras sediciosas
Alabando las delicias de divinos paraísos y moradas
Paraísos celestiales más allá de las estrellas
Más allá de las galaxias
Y eran todos los pastores y eran todas las gargantas
Y era el eco
Y era el eco repitiendo sus consignas y proclamas.
Todos cómplices
Todo el mundo
Los pastores carceleros y los ecos de montaña
Y las ondas en el aire penetrando por las grutas y cañadas
Penetrando las rendijas de las rocas y silbando entre las ramas
Nos llamaban
Todos juntos, conchabados, nos buscaban
Los pastores y los ecos
Y los grillos y las ranas
Y cigarras.
Mas sus gritos no llegaban
No podían penetrar en nuestra magia
En la magia de dos cuerpos sólo alma
Una sola
Una sola y los pájaros cantaban
Una sola que al contacto de la piel nos traspasaba
Una sola y los pájaros cantaban una noche en la enramada
Y las ranas y los grillos se ocultaron al oír batir sus alas
Y callaron las cigarras.
Caminabas
Una noche toda luna
En el barco de los sueños navegabas
Por la senda que conduce a las estrellas me besabas
Y tu boca
Y mi boca
Eran una sola boca enamorada
Y tus manos
Y mis manos
Enlazadas
Eran una sola mano alada
Yo soñaba, tú soñabas
Navegando por el mundo encantado de los sueños
Con el faro de tus ojos alumbrando firmamentos de esperanza
Y la luna se admiraba
Y los grillos y las ranas se ocultaron
Y los pájaros cantaban
Y por todos los caminos de la tierra
Y por todos los desiertos y los mares y sabanas
Iban todos los pastores a robarnos nuestras alas.
Yo reía
Tú cantabas
Tú cantabas, vida mía, liberada
Y en un súbito arrebato de locura les gritaste a la cara
Ya soy libre
Ya soy libre como el viento, las estrellas y la luz de la mañana
Tú gritabas
Tú gritabas, vida mía, y la tierra enmudeció
Y en los cielos infinitos hubo lágrimas
Hubo lágrimas de dioses que sumisos se postraron a tus plantas
Eras libre y los dioses te adoraban
Una noche
Una noche toda luz
Por la senda que atraviesa la llanura caminabas
Y los pájaros cantaban
Y las ranas y los grillos se ocultaron
Y callaron las cigarras
Una noche toda luz
Por la senda de las propias decisiones caminabas
Y los pájaros cantaban y los pájaros cantaban
Y los pájaros cantaban.
¡ Oh las almas confundidas en un alma!
¡ Oh los besos, atracción universal que nos arrastra!
¡Oh las manos, transformadas por amor en blancas alas!
Nuestras manos siempre unidas
Nuestras alas.
Una noche
Una noche inexistente del mañana
Una noche sin parir
En el vientre de los tiempos se engendraba
Y era nuestra
Era nuestra aquella noche inmaculada
Y era nuestro el mundo entero
Y eran nuestras las estrellas, los luceros, las galaxias
Y eran nuestros los mañanas.
Y la luna se durmió
Y la luna se durmió, perezosa, tras el bosque en lontananza
Las estrellas no acudieron a la cita tan ansiada
Todo el cielo se durmió
Todo el cielo se olvidó del movimiento y la noche no llegaba
Y allá por el ocaso
Los abismos insondables tras las cumbres, luz violácea
Hambrientos de calor en sus húmedos espacios
Abrían impacientes sus bocazas.
El sol paró su curso
El sol se columpiaba suspendido en el vacío de una línea imaginaria
Y tus ojos y los míos se buscaban
Delatando un deseo de placeres que los cielos les negaban
Y esa noche, nuestra noche
En el vientre de los tiempos se engendraba
Nuestra noche que surgía de la nada
Nuestra noche, aquella noche inmaculada
Y a lo lejos, junto al mar
Tras los bosques y los picos de las sierras siempre blancas
Arrullada por las olas, nos espera nuestra casa
Es la noche del amor
Es la noche de los sueños y las hadas
Es la noche de los libres albedríos
Es la noche de la magia
Nuestros ojos se buscaban
Nuestras almas, en el aire, se besaban
Y la luna
Caracola perezosa, no trepaba las montañas
¡La manzana!
Eran sueños y a través de la espesura vi surgir una manzana
Una luna de manzana.
Vi surgir una manzana
Y el sol cayó al abismo
Y el abismo se tragó todo el sol en su bocaza
Y el camino de Santiago
Vía láctea o galaxia
Era todo un bosque inmenso de manzanas
Paraísos celestiales
Evas desnudas columpiándose en sus ramas
Todo el mundo, todo el sol, todo el cielo eran manzanas
Todas las Evas desnudas y la luna eran manzanas
Todo el mundo fue creado por amor como manzana
Todo el mundo fue amor cuando el tiempo era mañana.
Los luceros, las estrellas
¡Una estrella!
Una estrella que nos guíe al portal de nuestra casa
Nuestra casa junto al mar
Nuestra casa.
Fui Adán
Fuistes Eva
Todo el tiempo era mañana
Y la tierra, nuestra tierra, era manzana
Y los cielos estrellados
Infinitos paraísos de luceros de manzana
Y los dioses eran nuestros
Pues nosotros los creamos de la nada
Y nosotros les hicimos un gran cielo
Y otorgamos los espacios infinitos por morada
Y nosotros inventamos la palabra.
Dimos nombre a cada cosa
Dimos nombre a las estrellas y a las plantas
Dimos nombre a los planetas, a los mares, las montañas.
El dios Sol
Diosa Luna
Dios Amor
Y eran diosas las estrellas y eran diosas las montañas
Y eran dioses los luceros
Y eran dioses los arroyos, las praderas y los valles y cañadas
Y era diosa la palabra.
Tú mi diosa
Diosa Eva
Toda desnuda en mis brazos
Toda carne de manzana
Y el amor eran mis carnes y las tuyas enlazadas
Temblorosas de placer
Insaciables corazones de manzana.
Fuimos dioses
Una noche fuimos dioses rodeados por la nada
Tú mi diosa
Yo tu dios
Carnes juntas recreando universos de manzanas
Diosa nieve
Dios arroyo
Rodeando con sus brazos extendidos las montañas
Dios lucero
Diosa estrella
Procreando, espirales luminosas, las galaxias
Y entre todo, dios amor
Dios amor impregnando gravedad en las distancias
Convulsiones de atracción y repulsión entre las masas
Y Cupido meteoro
Meteoro traspasando, flechas de oro, las manzanas
Yo tu dios
Meteoro enloquecido penetrando en tus carnes de manzana
Tú mi diosa
Diosa Eva
Toda desnuda en mis brazos
Fustigando con tus besos la pasión de nuestras almas
Sofocando entre tus carnes el ardor de las mías que abrasaban.
Nuestras bocas, una boca
Nuestras almas, sólo un alma
Fui Adán
Una noche fui Adán
Todo desnudo en tus brazos
Todo tuyo, cuerpo y alma
Y tu boca y mi boca
Dos manzanas ocupando el mismo espacio una noche de escarlata.
Una noche
Una noche toda luz
Por la senda que conduce a las estrellas me besabas
Y cogidos de la mano
Una noche, noche clara
Nuestras sombras, a lo lejos, se abrazaban
Pues tu sombra y mi sombra
Nuestras almas
Por la senda de las propias decisiones caminaban.
Fui Adán
Fuistes Eva
Toda desnuda en mis brazos
Toda carne de manzana
Y tu boca era mi boca
Y tus ojos... . mi ventana
La ventana tras la cual yo veía el infinito
La ventana tras la cual yo veía los mañanas
Yo veía los conflictos
Las batallas... .
Nuestros hijos enfrentándose a sí mismos
Destruyendo los paisajes con sus máquinas
Ocultando las auroras y arco iris
Las estrellas y luceros con el humo de sus fábricas
Acallando con la voz de los cañones la razón de la palabra
Y los dioses invadieron nuestra tierra
Y los dioses invadieron nuestras casas
Y se hicieron los creadores de planetas y universos
Y los amos de los ríos y los mares y montañas
Penetrando por la selva conquistaron nuestros valles y cañadas
Y ocuparon nuestras almas
Y los hijos de los hijos de los hijos
De rodillas a sus plantas
Nuestros hijos humillados, de rodillas a sus plantas
Nuestros hijos enfermizos por la tierra deambulaban
Y a los dioses, nuestros dioses, adoraban
Y el amor, nuestro amor, era pecado
Fue pecado el amor a las manzanas.
Fui Adán
Fuistes Eva
Todo el tiempo era mañana
Y el amor era manzana
Y los cauces de los ríos
Y las nubes que transportan esas aguas
Infinitos universos de manzana
Paraísos terrenales de praderas y montañas
Torrenteras de placeres virginales, tierra y agua
Todo amor, todo manzanas
Esperando impacientes ser amadas.
Todo el sol y la luna y las estrellas son manzanas
Y la nieve, las praderas y los ríos son manzanas
Y los mares y las selvas y los valles y cañadas
Y la pasta universal
Es de pulpa de manzana
Y los seres que pululan por el aire
Y en el mar y en la tierra son manzanas
Infinitos paraísos virginales
Esperando más Adanes y más Evas insaciables
Yo lloraba, tú llorabas
Miserables, miserables, miserables... .

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